martes, 18 de septiembre de 2018

¡Viaje a Senegal, hoy te vienes a Toubacouta!

Es en este precioso capitulo en el que me doy cuenta que antes de llegar a África una parte de mi ya estaba allí, y allí se quedó cuando volví. Toubacouta me robó el corazón. ¿Te lo enseño?

Día 4: Kaolcack - Toubacouta

Amanece en Kaolack y nos dirigimos a buscar algún autobús. Nuestra intención en ese momento es
Coche siete plazas
llegar a Toubacouta para acercarnos a Gambia, cruzar e ir a Casamance (mantente antent@, por que nunca llegamos a esta zona). Como te decía para llegar al autobús tubimos que vérnoslas entre varios niños que nos perseguían por las calles llamándonos "tubabs", "tubab" en wolof (el dialecto mayoritariamente hablado en Senegal) quiere decir "dos monedas" y lo utilizan para designar a las personas blancas. Resulta que en África no existe una palabra concreta para llamar a un blanco como tal, así que se les quedó esta denominación gracias a que hace muchos años atrás los niños se acercaban a la gente blanca con dinero que les visitaba en época colonial para pedirles dos babs, o dos monedas.

Taller mecánico cabra incluida
Por fin llegamos a un autobús, un autobús que podría haber conducido mi abuela de joven, imagínate lo antiguo que era.... Si tu pretensión es llegar en taxi hasta las estaciones que sepas que no van a esperar ni a que bajes de ellos para abrirte la puerta y pelearse entre ellos por ver quien se lleva al tubab a donde sea, por que la verdad es que tu pretendes ir a un sitio concreto pero realmente nunca sabes a donde te llevan y tampoco si tomas el autobús vas a saber a que hora vas a partir ni a que hora vas a llegar a tu destino, puesto que esperan a que el autobús se llene para arrancar y aveces esto lleva horas. En estos bullicios de gente yo creo que una de las cosas que les salva es que al ser mayoritariamente musulmanes y no tomar alcohol, esto no se convierte en una masacre.

De pronto, la luz del sol se fue aunque serian las 10 de la mañana, alcé la vista, ante mi se alzaba un chico de unos 18 años con al
Poblado
menos 2 metros de altura. Yo no sé si por que me hizo sentir protegida ni el motivo exacto pero confiamos en él para que nos llevara al menos a un coche 7 plazas, que es la otra opción al taxi y el autobús, el viajar en un coche que ni yo conozco el modelo de lo antiguo que es, a riesgo de que en cualquier momento salga volando una rueda durante el traslado y con 5 personas mas a las que no conoces y reza para que hablen francés, hecha un poco para atrás al principio, luego te acostumbras. Subimos.

De camino a Toubacouta se pueden ver las grandes salinas de Kaolack, llenas de basura, eso sí. No termino de acostumbrarme a la suciedad, para mi suerte y para la de mi madre, la cual siempre teme que un día me vaya de viaje y la llame diciendo que me quedo a vivir allí.
Senegal necesita ayuda y no precisamente poca, quizás ayudándoles con el tema de los residuos y las infraestructuras para que así pudieran desarrollar mas el turismo... al final es triste que todo en la vida dependa del dinero y el dinero de unos pocos.

Entrada a Toubacouta
Bueno, para nuestra suerte el siete plazas nos saca de la ciudad, nos lleva entre campos verdes, niños de 3 años en la carretera sin sus madres, poblados, etc... De pronto nos hacen bajar del taxi, hay mucha gente fuera, parece una guerra, gente por todas partes y a la que vieron dos blancos en el coche muchos se acercaron. Había tanto jaleo que en un momento de confusión creímos que nos habían robado las dos mochilas, menos mal que no fue así. ¡¿Donde diablos estamos?! (Nos preguntamos, estaba claro que no era Toubacouta)

Un senegalés se nos acerca, estamos en Krang, y lo que vemos enfrente es Gambia, esa espina clavada en medio de Senegal que parte el país en dos y que pretendíamos cruzar en algún momento (nos explica el buen hombre que nos veía confundidos). Por lo visto, como ya te he comentado, el siete plazas nos llevó a dónde le dio la gana y pasó de largo por Toubacouta. Mi decisión es firme: "Ya que estamos aquí crucemos y vayámonos hoy a Casamance" le dije a Quim que estaba mas apabullado que yo, supongo que por ello me respondió que sí. Pero, para nuestra suerte otro señor de la zona que nos vio se nos acercó y nos explicó que no se nos ocurriera cruzar siendo tubabs, es mas nos pide que no lo hagamos, por lo visto solo al acercarte a la frontera te separan del resto y te quitan el pasaporte, te dicen que lo volverás a tener al final y que ahora necesitas un visado que tienes que pagar en altas cantidades, aunque se aceptan rebajas (imagínate lo legal de la situación), luego en Gambia tienes que subir y bajar en varias ocasiones y cuando intentas volver a entrar a Senegal tienes que volver a pagar para recuperar el documento, que
Toubacouta
recordemos es tuyo, vamos lo que se llama un saqueo en toda regla por tu color de piel. No es bonito estar al otro lado, por que cuando "los negros" vienen aquí, quieras o no, siempre reciben trastos distintos.

Gracias a este señor que nos salvó de un expolio seguro sin querer nada a cambio y de salir en el periódico junto al delincuente prófugo desde España al cual detuvieron allí casi el mismo día, tomamos un taxi y volvimos hacia atrás para llegar a Toubacouta.

Por un camino de tierra rojiza y polvorienta rodeado de vacas llegamos a Toubacouta y conseguimos encontrar la casa en la que nos quedamos a dormir, la casa de Ioussú Keur, es una casa familiar rodeada de varias cabañas típicas con los techos de paja y redondos en las que poder dormir. La familia habita en una de las cabañas y nosotros podíamos quedarnos libremente en otra.

Muelle en Toubacouta
Sencillamente para lo que habíamos visto hasta el momento la habitación era preciosa, eso sí, sin puerta en el baño, no comprendo demasiado el motivo, pero normalmente no ponen puertas en los baños, solo cortinas, imagínate, yo que soy por ejemplo muy pudorosa con este tema, lo mal que lo pasé... mandaba a Quim a pasear de vez en cuando para que se fuese de la habitación.
Toubacouta es un pueblo pequeño y pesquero a orillas del Delta del Saloum. Se nota al primer vistazo que son animistas, es decir, viven muy en sintonismo con la naturalezaa y de hecho para ellos es algo sagrado, así que no hay basura en las calles, aunque están influenciados por los musulmanes y los católicos, es decir, aquí hay miseria, pero no suciedad.

Nos encontramos andando por la calle mas amplia de la población y que lleva al puerto con Mamadou un chico joven de unos 28 años (vaia casi mi edad, me he dicho joven a mi misma ajjja, mas flores por favor!) y que se ofreció a enseñarnos una isla sagrada por la tarde, nos pareció una idea genial. Te debes estar preguntando cómo resulta tan fácil conocer gente en este país, pues bien, cuando ven una persona nueva en el pueblo la gente no la observa de lejos igual que en España, al contrario, se acercan y te preguntan si estas bien, si estas perdido, si necesitas algo y si te gusta su aldea.

Niños en la playa con sus cabras
Mientras la tarde llegaba fuimos a dar un paseo por la playa, hay un muelle forrado de conchas blancas precioso, también unos cangrejos muy raros que viven afincados en agujeros en la arena, solo tienen una pinza. Los niños llevan a sus cabras de paseo por la orilla y Quim de pronto se da cuenta de que no nos queda repelente de mosquitos, sí, en el culo del mundo nos dimos cuenta pero para nuestra suerte Mamadou nos vio y se llevó a Quim a la farmacia mas cercana para comprar un bote. Así que me quedé sola en Toubacouta por un rato, rato en el que no me quedé sentada en donde había dicho que me quedaría (como cabía esperar de mi) y me fui a dar una vuelta en solitario por el interior del pueblo.
Cabras sueltas
Vi cabras sueltas por todas partes, burros sin amo y gallinas pizpiretas, niños gritando "tubab" en coro en una especie de cancioncita mientras me miraban como si fuera un perro verde y se acercaban para estrecharme la mano incluso un padre animó a su hija a dármela al ver que la niña estaba sumamente curiosa conmigo, y es que los niños nacen curiosos, pero nunca racistas. Los niños jugaban en un campo de fútbol improvisado a un juego que oscilaba entre el críquet y la pelota basca, corrían descalzos con una de sus sandalias en cada mano detrás de la pelota. Mirando debajo de un árbol me quedé tan relajada que un niño de los que jugaban se acercó a mi para presentarse corriendo mientras daba besos al aire, me dijo que se llamaba "Namo Dakou", le dije mi nombre, me estrechó la mano, me tocó la piel del brazo y me dijo que era muy bonita para luego irse sin mas. Un niño de ocho años señores sabe ligar mas y piropear que un hombre de treinta, ajjaj.

Por la tarde Mamamdou nos recogió con su barca de colores llamativos y nos llevó delta abajo entre magrof tupidos y sus densas raíces, nos explicó que en esta región las aguas las poblan grandes peces pero no cocodrilos puesto que se trata de agua salada, todo esto nos lo explicaba mientras su amigo guiaba la barca y él hacía un té típico senegalés muy dulce pero exquisito con todo el ritual que eso conlleva.
Orilla de la isla sagrada

Bien, la isla sagrada esta compuesta por miles y miles de conchas blancas, podríamos decir que un 90% es toda nácar, las conchas se van sedimentando allí a lo largo de los siglos, no te parece magnifico?
Fue allí en donde nos enseñó a plantar un magrof, por que dice que el que lo planta luego vuelve en otro momento de su vida al mismo lugar.
Seguidamente nos adentramos en la isla a pié por estrechos senderos verdes, había inmensos baobabs por todas partes. Mamadou nos explicaba que hacía muchos años atrás allí habitaban los pigmeos y que cada babobab tiene un promedio de 1000 años y es capaz de almacenar hasta 10.000 litros de agua, también nos explica que es bajo los baobabs que se celebran las ceremonias como la  ablación (extirpación del clítoris en mujeres) o la circuncisión (cortar un tozo del prepucio del pene de los hombres) y que dentro de los baobabs entierran a altas entidades políticas o a los griot, que son una especie de poetas, narradores de historias y/o cantantes, por lo visto creen que como estas personas no han trabajado nunca la tierra no merecen ser enterrados en ella.
Mamadou preparando té

Encontré un caracol enorme en la orilla, y logicamente, la respuesta de este chico fué decirme que era un regalo del mar para mi.
La puesta de sol que vi desde la barca tras la isla sagrada no la voy a olvidar en mi vida, soy fan de las puestas de sol pero de todas las que he visto me quedaría con unas cuantas de África y una desde lo alto del Teide. Fué en ese preciso instante en el que empece a sentir como si yo ya hubiera a estado allí antes, como si estuviera en casa, no se si sabes como te quiero decir. Una parte de mi ya estaba allí antes de que yo aterrizara. ¡Vaya que místico queda eso! ¿No?

Cenamos en un bar musulmán en el que no sirven por tanto nada de alcohol (llamado Bamba) y en que la carto se reduce a "lo que hay". Tomamos pescado, un pescado común allí que por cierta esta muy sabroso, mucho mas que la dorada, al que ellos llaman "cat noir" y probé el "CUSCÚS SENEGALÉS". ¿Lo quieres hacer? ¡Toma nota!


Ingredientes:


1 yuca

2 lisas (si no se encuentra se puede sustituir por dorada)
3 pastillas de caldo de pescado
½ coliflor
1 lata de tomate frito
3 limones
1 pimiento rojo
2 paquetes de cuscús
1 cucharada de crema de cacahuete
curry
pimienta negra
sal


Modo de realizar:


1. Se pela y se corta la cebolla en plumas.


2. Se lava y se corta el pimiento rojo en cuadraditos.


3. Se coge el pescado se le hace unos cortes a lo largo del lomo y se fríe, (esto se hace para que saque el jugo), se saca de la sartén y en el mismo aceite se fríe la cebolla y el pimiento.

4. Se pela la yuca y se corta en trozos, se corta la col en trozos y todo ello se echa en la sartén friéndose también.

5. Se exprimen los limones y el zumo se echa en la fritura vegetal.


6. Se espolvorea sobre la fritura el curry.


7. En una sopera se echa la fritura vegetal, pimienta negra, 4 hojas de laurel, sal y el pescado, se añaden las pastillas de caldo de pescado y el agua, hasta que se cubra todo.


8. Se deja cocer unos 25’, al final de la misma se añade un puñado de azúcar y una cucharada de crema de cacahuete.


9. Para el cuscús se pone una sopera con un poco de agua al fuego, cuando esté caliente se añade el cuscús y se va removiendo sin parar hasta que se cuece.


10. Para la presentación del plato, primero ponemos el cuscús, y sobre éste se colocan los vegetales y el pescado.


11. Cuando lo degustamos primero revolver todo y luego comerlo.







En el próximo capitulo vas a ver el peor de los peores días del viaje, vas a saber el motivo por el cual dejé mi medicación contra la malaria y cómo sufrí una alucinación sin necesidad de drogas. ¡Te espero la próxima semana!

Un saludo,


Mi regalo, esta puesta se sol


Yhasmina





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