Lo de las etiquetas es una batalla constante entre la realidad, lo que queremos que sea la realidad y la verdad verdadera. Si a esto le añades que lo que quieres es comprar a toda prisa y aprovechar el tiempo en otra cosa, se junta un cóctel potente en que el marketing gana la batalla al sentido común. Y entonces aparece una gran diferencia entre lo que realmente creemos que hemos comprado (en cuanto a composición) y lo que realmente compramos, sin tener en cuenta la gran mayoría de veces que TODO lo que nos entra por la boca pasa a formar parte de nuestras propias estructuras. ¿Qué comes realmente? ¡Sigue leyendo!
Te propongo que veas lo que ves cuando compras y lo que realmente compras sin que te lo cuenten, reflexiona:
1. Nutella, imagínate que le das la vuelta a la etiqueta y te la presentan así:
2. Crema de bogavante en sobre, lo que compras y lo que realmente compras:
3. Crema de champiñones de sobre:
4. Paté de atún:
5. Leche desnatada con avena:
6. Leche de almendras:
7. Snack de quinoa:
8. Zumo "detox" de alcachofa:
9. Crema de cacao y avellanas:
¡Tu decides! ¿Ahora lo ves de la misma manera?
Y ahora con esta información haz lo que quieras, pero que no se diga que nadie te lo había dicho.
Un saludo,
Yhasmina
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