martes, 4 de junio de 2019

De esta foto hace 3 años....

El misterio de vivir con cuatro bicis en casa y que ninguna sea la tuya. ¡Sigue leyendo!

Esta foto tiene 3 años, en una carrera por Sierra de Irta (Castellón)
Recuerdo que lo primero que pedí en mi lista de regalos cuando era pequeña fue una bici, y sí, los Reyes Magos me plantaron una (sin explicar cómo, pero, lo pudieron hacer) en la azotea de mi casa en plena noche de enero. Recuerdo la ilusión que me hizo abrir y ver esa bonita bici amarilla con su cesta con lacitos, también recuerdo a mi vecina Anna ensañarme a pedalear sin éxito y a mi padre y a mi madre corriendo a mi lado para impulsarme en plena calle.

Recuerdo que me gustaba ir con los niños a hacer excursiones prohibidas y a bañarnos al río y también recuerdo que quitarme la bici (cuando me portaba mal) era para mi un castigo enorme.

De adolescente mis padres tenían una casa en la costa y también recuerdo tener acumuladas unas siete bicis bajo la escalera e ir a la playa con alguna de ellas.

Pero un día, no se por qué, perdí el interés por la bicis y pasé de tener una bici en propiedad a que me prestaran una, siempre he preferido correr o hacer otras cosas, aunque tengo que admitir que no tener una mía no tiene demasiado sentido pues cuando me han prestado alguna la sensación que tengo es de libertad sobre ella.

 Lo curioso es que siempre he vivido con bicis en casa, y siempre he comprendido a la gente que las necesita como forma de vida y desfogue, ahora de hecho en casa tenemos cuatro pero... ninguna mía.

Yo no se si es por la pereza de calzarme el traje, que oye, queda genial, o por el hecho de que no se debe escuchar música mientras pedaleas (y menos por la carretera) pero la bici en sí no me desagrada aunque tampoco me emociona hasta un nivel top.

También es cierto que ninguna de mis amigas son asiduas a la practica de deporte y eso quizás también siempre ha pesado... ¡Excusas!

Actualmente miento si digo que no utilizo bici, puesto que ahora que lo pienso sí que lo hago, semanalmente doy clases de spinning 4 horas a la semana, y son bicis, lo único es que estas no creo que llegue demasiado lejos, pues no se mueven. ¿Podrían considerarse bicis?

Tal vez algún día me anime en memoria de la niña que algún día fui, de esas con peto, coletas y arañazos en las piernas y los codos. O jolín, aunque sea por el planeta, por que la bici, es 0 emisiones.

Un saludo,

Yhasmina



No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué opinas?