martes, 23 de octubre de 2018

Hacia la Isla de Mar Lodj...

¿Has estado nunca en una isla en la que no hay ni luz ni coches? ¿Has podido ver unas puestas de sol similares? ¿Quieres verlas? ¿Podrías llevar tu todo tu negocio encima de la cabeza literalmente? ¡Acompáñame a Mar Lodj!

Día 9: Djilor - Ndangane - Isla de Mar Lodj

Yo, andando hacia Ndangane
Muy a nuestro pesar debemos dejar Djilor. Marchamos hacia Ndangane andando. No sé cuantos kilómetros andamos ese día, la verdad es que cuando todo te parece curioso el viaje es mas liviano, aunque andes. A la gente de allí le parece raro que una persona se desplace andando por las carreteras, de hecho te paran para ver si estas bien o necesitas algo.

La idea es llegar a Ndangane y tomar una barca que nos lleve a Mar Lodj, que está enfrente, al otro lado de la orilla. Mar Lodj es una peculiar isla de unos 150km2. 

Llegamos a la isla directamente en barca y nos deja en nuestro campamento, que es sencillo y austero y se encuentra a orillas del delta. Releja oír el mar desde tu habitación, aunque hay unos 200 mosquitos por metro cuadrado, el baño sigue sin tener puerta ni pared hasta el techo. A mi me pareció bien, aunque como todo lo mido con la vara de mi madre, ya te digo yo que mi madre allí no hubiera dormido.

Burro esperando a su dueño a la puerta de la peluquería (Ndangane)
Lo primero que me llamó la atención de ese pueblo, el mas cercano al campamento, puesto que son varios, es que éste sí tenía una plaza como tal. En las plazas y en los mejores lugares resguardados del sol, se suelen sentar los mas ancianos del pueblo, que paradójicamente, también son los mejor cuidados y los que van mas limpios de la población, puesto que de esto se aseguran bien los mimos habitantes mas jóvenes. Igualito que en España ¿verdad?. (Lease la ironía)

En Mar Lodj no hay luz, al menos no en vías publicas, por lo tanto en la noche resulta muy
Orillas de nuestro campamento
complicado salir a dar un paseo, de modo que lo mejor es aprovechar el día. El terreno es muy plano, no hay montañas ni cuestas, puedes andar tranquilamente junto a las orillas, ir a ver los partidos de fútbol que también observan las cabras atentamente y visitar un mercadillo a las afueras.

Pasando por el mercadillo nos sorprendió mucho una mujer. Esta mujer en concreto nos decía que aprovechando que íbamos en dirección a su casa para volver a nuestro campamento, nos acompañaba en el trayecto. Al principio pensé que nos haría esperar, puesto
Mujer, en medio de la nada con su tienda en la cabeza
tenia toda su tienda esparcida en el suelo, pero nada mas lejos de la realidad. Cargó toda su tienda en un barreño que aquí en España se usa para la ropa sucia o pendiente de tender (entre otras cosas) y se la puso literalmente en la cabeza.

La verdad es que es todo un arte de equilibrio lo que hacen, cargan todo tipo de cosas en la cabeza, desde una tienda, a ropa mojada o sucia, a comida,etc... ¡Y yo sufriendo en el súper cuando no me quedan manos para cargar más bolsas! Lo mas alucinante es cuando a parte de cargar peso en su cabeza llevan dos bolsas una en cada mano y un niño cargado en la espalda. ¿Tu podrías hacerlo? 

Llegados al campamento, mientras esta señora se ponía en una hamaca colgante acostada a tomar un mango y dormir un poco, a nosotros nos dieron de comer pez espada. Esta buenísimo. La única pega es que al tener unas opciones tan escuetas en cuanto a elecciones de carta, se empieza a hacer pesado tanto tomar carne o pescado con arroz siempre para cenar y para comer y cómo única opción de fruta el mango (que delicioso lo está un rato en Senegal).

Por la noche, antes del ataque de las hormigas que en el próximo capitulo de la saga te cuento,
Pez espada
descubrimos teníamos goteras. No pasa nada si tienes goteras en estación seca en medio de Senegal, puesto que no llueve, pero si lo visitas en estación de lluvia (igual que nosotros)..... es... "emocionante"? No se si esta sería la palabra. Pero bueno, lo soportaré :) 
Menos mal del ruidillo del agua afuera y de esa olorcilla de salitre que entra ligeramente por las ranuras de la ventana.

El próximo miércoles te espero aquí mismo para contar-te como se siente una cuando va encima de un carro conducido por un crío de unos siete años, los murmullos y canciones que se oyen cundo vas por el medio del bosque, también te cuento lo que es una casa de estilo "casamancés" y los franceses majos que al final fueron nuestros compañeros en Mar Lodj.

Un saludo,

Quim, presenciando una magnifica puesta de sol desde el campamento

Yhasmina

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