miércoles, 29 de mayo de 2019

¿Es importante ir a un psicólogo?

Sí, decididamente, sí, es importante y creo que no se debe esperar a tener un problema para hacerlo. ¡Sigue leyendo!


La primera vez que le pedí a mi madre que me llevara a un psicólogo a ella se le abrieron las puertas del cielo. Por aquel entonces yo tenía el pelo encrespado, tenia un discaman con un CD de Marea que me acompañaba en el autobús y un teléfono sin WhatsApp. Era una adolescente. Para más tema mis padres eran mayores para tener hijos (o eso me parece a mi teniendo en cuenta que mi madre ya había cumplido los 38) y acababan de tener a mi hermana, y no, no estaba celosa, creo que sencillamente estaba confundida por que otra cosa no, pero, amar tal cómo amo a mi hermana, amo a pocas personas, aunque sí, aveces la intentaría atropellar con mi coche cuando se pone a la greña.

Me visitó, hasta que la psicóloga a la que iba me insistió en que mi problema principal era mi madre y hacía mucho hincapié en ver a mi padre (al que se supone nunca había visto antes), mi padre trabajaba muchas horas por aquel entonces y mi madre para ahí que se fue y así fue tal cual descubrió que, aunque nunca se molestó en conocer a mi psicóloga (supongo que por que lo veía una cosa de críos), ya la conocía, y es que era una ex de mi padre y así descubrí que el mundo es un pañuelo y me despedí de ella, pues mi madre se negó a llevarme mas.

Años A después visité a otra, me la recomendaron y la verdad, me fue genial. Acudí a ella por el problema de siempre, el que he tenido durante toda mi vida, vaya. Y es que aunque a algunos mi persona les puede parecer egoísta (aunque yo ahora lo llamo amor propio) me siento por lo general culpable de TODO lo malo o dificultoso que sucede a mi alrededor. Begoña, que trabaja en la zona de Vinarós (Castellón) te dejo el enlace AQUÍ, me ayudó muchísimo a entender la relación con mis padres, a administrar esa culpabilidad y esa ira acumulada y también a algo muy importante, A PERDONARME.

Con el tiempo caí en un espacio de mi vida algo tortuoso donde se sumaron la enfermedad de mi padre, su muerte posterior, una relación muy tóxica, un cambio de vida y muchas otras cosas mas tales como ansiedades por mi parte enfocadas muy mal y otras cosas mas, vamos eso que se te alinean los astros y los chacras a la vez, pues eso.

Hasta que un día (para mi suerte y desgracia) el chaparrón se fue, pero se fue no poco a poco sino tal que sí una tirita que te arrancas. Por mala suerte mi padre falleció, para mi suerte mi vida cambió y para mi enormísima fortuna esa persona tóxica se fue, aunque yo estaba tan dependizada y sumida en la megde que para descubrir que lo que me parecía una desgracia enormísima era una gigantesca suerte pasó algún tiempo.

El tiempo pasó, la calma aparentemente reinaba en mi vida en la que ya había empezado a hacer literalmente lo que me daba la gana (como ahora) hasta que conocí a la suerte de mi vida o mejor dicho, me reencontré con ella (ya que le conocía desde los 17 años), Quim, bueno Quim y todo lo que trae con él, una montaña rusa de emociones y una seguridad y comprensión inmensa mezclados con una dosis cuádruple de amor respetuoso. Y ahí estaba yo, por que fue entonces cuando me vi, después de la tormenta con una paz que, descubrí, era ficticia, con un miedo atroz a ser abandonada y apaleada físicamente y lo que era peor, interiormente. No sabia llevar una relación, aunque las había llevado antes. Y fue cuando contacté con un psicólogo especializado en mujeres con historial de maltrato en la zona de Benicarló (Castellón), Juan Manuel, del cual te dejo la información AQUÍ.
Con Juan Manuel nunca lloré, pero me reí mucho a la vez que aprendía a algo muy importante AMARME A MI MISMA y es que hasta que no fui, yo no sabia que uno podía amarse a uno mismo, literalmente, no lo sabia. El me ayudó a derribar muros y comprender que aunque me lo había creído desde siempre, no estaba sola en el mundo y tampoco era mi culpa haberme tropezado ni con esa persona tóxica ni con Quim en el presente.

Lo que te digo con todo esto es que cada mal momento de mi vida, cada bache, cada pensamiento y cada rutina en cualquier momento establecido ha derivado en mi una conducta no saludable, y eso que me dedico a lo contrario profesionalmente, a formar conductas. Por ejemplo el no dormir, el tener que recurrir a las pastillas para hacerlo, el no cuidar mi alimentación hace años, incluso malas relaciones con algo que parece sano como el deporte, el cual hacía para huir (literalmente). Prácticamente cada conducta me ha llevado en algún momento al autocastigo y a boicotearme, y todo eso, estaba en mi cabeza.

De psicólogos he conocido muchos, ya lo ves con mi historial personal, pero también en el ámbito laboral, y sí, es cierto, la mayoría de psicólogos también van al psicólogo, yo en mi caso voy de vez en cuando por que si bien es  cierto que todos necesitamos un punto de vista externo sobre todo aquello que nos pasa, también necesitamos un punto de vista con empatía.

A mi los psicólogos me ayudaron con mis ansiedades y también a ser consciente que aunque no quiera, voy a veces a seguir sintiéndome culpable por muchas cosas que no van conmigo en muchas ocasiones y eso, el ser consciente, me hace más fuerte pues me da la oportunidad de actuar. También a entender la relación conmigo misma y a saber que depende de cómo de fuerte es esa relación y sana va a ser proporcional a la calidad de las relaciones de las personas con las que me rodee.

En mi opinión cuando una persona decide cambiar su vida, ya sea dejando de fumar, comiendo mejor, etc.... debería hacer unas visitas con un psicólogo, eso sí, con el que empapiza y es que también es cierto que las energías están ahí y que en muchas ocasiones pues sencillamente no conectas con el profesional (a veces de forma inexplicable) y no por que le falte formación o sea mala persona, a veces no conectas, es como esa primera cita en la que esperabas conocer a la persona de tu vida pero te das cuenta de que sin saber el motivo pues no hay ni habrá nada mas allá que esa cena que te tomas en ese momento.

Y lo digo así, he necesitado psicólogos en varias partes de mi vida y todos me han ayudado a su manera de ser como profesionales por que un psicólogo es un profesional, no un amigo (hay gente que lo confunde bastante) y nunca me cansaré de recomendarlo: ¡Id!. Por desgracia aun en este siglo decir "necesitas un psicólogo" o "voy al psicólogo" es algo malo, algo mal educado, algo sucio, parece sinónimo de decir "estás loc@" o "estoy loc@" y no, loc@ es aquell@ que va por la vida pensando que no lo está, precisamente, y que cree que no tiene nada que contar ni ser comprendido ni orientado. Si vamos al médico todo esta bien, si vas al cardiólogo todo correcto, pero ir al ginecólogo o al psicólogo (como en este caso) aun es tabú, parece que no tengamos una mente ni un aparato reproductor que sanar ni atender... ¡Curioso, igual aquí se encuentra el problema!

Un saludo,


Yhasmina



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